martes

Fascinante

es tonto, es impresionante
como me hipnotizo,
con el color de tu aliento,
con el sabor de tus ojos...
Me pierdo en la combinación embriagadora
de la vejez de tu cabello gris, castaño,
y la frescura de tu piel, que quisiera conocer.
Resbalo suavemente en la curva de tu nariz perfecta
y caigo suavemente en tus algodonados labios...
¿Dulces? Yo pienso que con gusto a tabaco...
Me astillo, sin quejarme, disfruto de la aspereza de tu rostro,
alrededor de tu boca, y llego, con mis ojos
a la montaña de tu cuello, y me tienta oler tu perfume.
Sin embargo resisto, lo logro,
y continúo, paseo con la mirada.
Doy un gran salto y llego a la cuenca de tus palmas.
Quiero probar la suavidad de tus yemas,
sentirlas sobre la redondez de mis caderas.
Lo espero, y continúo, paseo con la mirada
exploro tu cuerpo, imagino lo estrafalario de tu mente...
Y una avalancha de sensaciones y fantasías nubla mi cabeza.
Para ser sincera, no sé que quiero, no se si es que no puedo
continuar imaginando lo verídico de la perfección de tu cuerpo
Quisiera saber qué estás pensando.
¿Querés saber en quién estoy pensando?
Mirame, quiero ser para vos,
dudá cuanto quieras... Solamente
te voy a pedir que me conozcas más,
quisiera que me disfrutes,
que lo hagas como yo, con solo mirarte.
Y que lentamente, cautelosamente
cruces la barrera que vos mismo inventaste,
que te consuma mi mente, mis ganas, éstas palabras
y la poca belleza que me queda cuando estoy a tu lado.
Quererte así no me va a volver vieja,
podés estar tranquilo, mas si no es cuestión de edad,
lamento decir que dejar de quererte me va a costar,
ya que el no desear tu cuerpo, tu persona, es complicado.

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