miércoles

No se culpe a nadie

Hoy cuando terminé de tejer la cuellera
y me la puse para ver cómo quedaba
me sentí igual...
Se me llenó la boca de pelusas negras
(porque la cuellera no era azul, era negra)
y me apretó un poco la cabeza,
me sentí sofocada, ahogada,
pero cuando miré mi mano, era la mía...
Me parece que me dejo llevar mucho
por lo que leo, digo.
Por suerte no me caí del balcón,
porque no tengo balcón...

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