No puedo sacar esa canción de mi cabeza,
ni desatar este nudo de mi alma.
No puedo llorar sin pensar por qué,
y mi por qué es que además de que te fuiste,
yo soy la que te dejó ir.
Ya no sigo más a mi corazón, qué testaruda.
Pero seguir a mi mente es mi salida.
A veces el primero me gana
y no puedo evitar que caiga una lágrima.
Entiendo qué es el alma, porque me duele.
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