domingo
León cobra Gacela
Tuve la buena fortuna de encontrarme en tu cabeza,
de que nos crucemos en la coincidencia de estar cerca.
Me dí el gusto de poder escuchar y ver la voz saliendo de tu boca,
de ver la risa de tus ojos verdes, de deslizarme por tu nariz de tobogán,
de sentir la aspereza de tu cabello plateado
con las yemas de mis propias manos.
Tengo en mi cabeza el orgullo de haber probado tus labios,
tu esencia y tu aliento a cerveza y pizca de dulce tabaco...
Tu sudor y el mío, mezcla perfecta
entre lo salvaje y delicado.
Tus labios ya conocen un camino, y yo sigo prefiriendo exasperante
con los míos, la caricia de tu piel y algún suspiro.
Verte actuando involuntariamente, hablando,
soñando lo que quisiera yo saber,
sin poder coexistir con mi propio juicio, disfrutando.
Acomodada en tu pecho, tratando de recordar cada fragmento
de un instante que aspira eternidad.
Por sobre todas las cosas, lo que en este momento más anhelo
es volver a sentir la ruda garatusa de tus fauces en mi cuello...
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